Esta crisis no remite, no hay futuro.
Y el presente es muy difícil de afrontar.
Ningún hombre ni mujer tienen seguro
ni el trabajo ni el sustento ni el hogar.
Que recorten los servicios esenciales
Presidentes, Diputados, Concejales…
Nos provoca indignación y antipatías.
Que nos cobren los impuestos recargados
porque tienen que pagar crasos errores;
que seamos los primeros en parados
y en nivel educativo, los peores;
que el teléfono, la luz, el agua, el gas
y la cesta de la compra –cada día-
observemos cómo suben más y más
y llegar a fin de mes sea utopía;
que te pongas hoy enfermo y ni siquiera
una cama de hospital vas a tener
porque está la sanidad de tal manera
que te mueres y no te van a atender;
que los bancos y las grandes financieras,
consentidos por estos mismos gobiernos,
nos buitreen los bolsillos como fieras…
Compañeros, nuestras vidas son infiernos.
“Indignados” somos todos los mortales
que sufrimos tan perversa adversidad:
que unos pocos se enriquezcan a raudales
esquilmando al resto de la sociedad.
plantan cara a los que están en el poder
para hacernos efectivos y presentes
los derechos del hombre y de la mujer.
Defraudados por mediocres gobernantes
que no saben controlar tal situación,
en las plazas se reúnen expectantes
dialogando hasta encontrar la solución.
Los que mandan tienen pánico a esta gente,
pues no cesan de moverse y de luchar:
¡“Disolvedlos de manera contundente.
Si es preciso, con un castigo ejemplar”!
porque luchan con la fe del vencedor.
Los inútiles tienen los días contados…
¡Adelante! Es nuestro grito arrollador.
Contra un gobierno indignante,
actitud beligerante.
“Quien no se sienta indignado
o es indigno o está comprado”.
Luis Arranz Boal
Verano de 2011
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